En Tito 1:12, Pablo, quien había dejado a Tito en la Isla Creta al cuidado de la Iglesia de ese lugar, le da una serie de recomendaciones a Tito sobre las personas, líderes de la Iglesia o ancianos que habrían de atender las diferentes iglesias en las ciudades de ese territorio. Conocedor de la idiosincrasia y carácter de los cretenses lo previene sobre el testimonio y requisitos que debían tener los ancianos pastores de las Iglesias. En contraste con los requisitos que se describen en los vs. 6-9, en el v. 10 da las razones, ya que dice Pablo: “Hay muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión a los cuales es preciso tapar las bocas, que trastornan casas enteras y enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene”.
Para apoyar sus palabras apela a uno de los profetas paganos de los cretenses, quien había escrito describiendo el carácter de los de su mismo pueblo. Este profeta llamado Epiménides de Festus o Gnosso había sido enviado a Atenas por su gobierno a purificarla de su corrupción, causada por un tal Cilón. Este hombre fue considerado por lo cretenses como adivino y profeta. Este fue el que dijo: “Los cretense, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos”. Estas palabras son tomadas textualmente del tratado “Sobre los oráculos” que escribiera Epiménides.
Pablo también cita a otros dos escritores paganos más que eran profetas y poetas. En Hechos 7:28, menciona las palabras de un tal Arato, cuando dice: “Porque linaje suyo somos”. Palabras que toma como punto de contacto para poder penetrar con el mensaje del Evangelio, en Atenas, y menciona también las palabras de otro poeta llamado Menandro, en 1 Cor. 15:33 que dijo: “Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”.
Estos poetas paganos eran llamados por los griegos Aedas o Rapsodas cuya inspiración, decían ellos, era venida directamente de los dioses ya que ellos creían que la inspiración poética era divina, lo que constituía al poeta como un mensajero de los dioses. Por eso les atribuían un don profético.
Llanes, Luis E. Ministerio Luz y Verdad. Puerto Madryn, Chubut, República Argentina. Editado por EDICI: Rancho Cucamonga, California, EE.UU.
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