¿Jesucristo murió como Dios o como hombre?

Para responder consecuentemente a esta pregunta tenemos que analizar en primer término la naturaleza de Jesús, o sea, según la Biblia ¿cómo estaba constituido Jesús? La Biblia nos enseña de una manera muy clara y evidente que en el acto de la encarnación y como un acto milagroso de parte de Dios se efectuó la unión de dos naturalezas complemente diferentes: la naturaleza humana con a naturaleza divina, de tal forma que esa unión, llamada teológicamente unión hipostática produjo un ser llamado Jesucristo que incorporaba en él al verdadero Dios en su verdadera humanidad. Para esto podemos citar los siguientes textos: Juan 1:14 dice: "Y aquél verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros". En Romanos 8:3 nos dice: "Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a Su Hijo, en semejanza de carne y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne". En Gálatas 4:4, Pablo nos dice: "Pero venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley", y en Filipenses 2: 5 al 9 sigue diciendo al respecto: "que Jesús, siendo en forma de Dios, no estimó ser igual a Dios como a cosas a qué aferrarse, sino que se despojó de sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, se humilló así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de Cris". En la epístola a los Hebreos se dice lo siguiente en relación a la encarnación: "Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte" y Pablo, escribiéndole a Timoteo, y revelando la encarnación era un misterio se expresa de la forma siguiente: "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad, Dios fue manifestado en carne".

En este punto es necesario que hagamos otra pregunta que nos aclara el panorama de en qué calidad murió Jesús, si de hombre o de Dios: En qué consiste el misterio de la encarnación: El misterio de la encarnación cosiste primeramente en la "habitación de la plenitud de la Deidad en la persona de Jesucristo" Col 2:9, pero este misterio "había estado escondido desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos" y solo por conocimiento que da el Espíritu podemos llegar a entender. Esto lo corroboró en mismo Pablo dentro de este mismo contexto en los versículos que se encuentran en 2:2 y 3 diciendo: "Para que, consolados nuestros corazones en amor, hasta alcanzar todas las riquezas del pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios e! Padre y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y conocimiento"..."porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad y vosotros estáis completos en él".

El segundo aspecto que abarca el misterio de la encarnación fue en el hecho de que, cuando Jesucristo moría por el pecado de la humanidad, no solo la humanidad de Jesús estaba expiando el pecado y reconciliando al hombre con Dios, sino que, como el mismo Pablo enseña en 2 Cor. 5:18-19, "Todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Jesucristo y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliado consigo al mundo, no tomándole en cuanta a los hombres sus pecados y nos encargó a nosotros el ministerio de la reconciliación". De tal forma estaba Dios presente en el mismo acto de la expiación y reconciliación que el mismo Pablo enseña que Ia sangre vertida en la Cruz fue la sangre del mismo Dios. En su discurso a los efesios, en Hechos 20:27-28 declara: "porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros mismos, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por Obispos, para apacentar la Iglesia del Dios, la cual Él ganó con su propia sangre".

Toda la enseñanza expuesta nos aclara que, Jesucristo fue perfecto Dios y perfecto hombre, que nunca lo dejó de ser ni aún cuando moría por el pecado de la humanidad en la Cruz. O sea, en la cruz no dejó de ser Dios para morir como hombre No dejó de ser hombre para morir como el Dios-hombre el hombre Dios, como queramos llamarle.

La pregunta que concluye esta respuesta es: ¿por qué era necesario que Jesucristo muriera como el hombre Dios?

La pregunta concluye esta respuesta es: ¿porqué era necesario que Jesucristo muriera como el hombre Dios? De todo lo que hemos aprendido podemos decir que, para que la obra redentora de Jesucristo fuese eficaz y justa, ésta tenía que satisfacer dos aspectos:

1o. El humano. Ofrecer una vida justa, igual que la que se I carácter justo y responsable de Dios ante el fracaso de su criatura. Como una obra indelegable, él Dios mismo descender, padecer viniendo al rescate de lo que se había perdido. Este aspecto satisface el lado divino de la justicia.