¿Cómo se justifica el engaño de Jacob a su padre?
Jacob tenía todo el derecho a la primogenitura por dos razones muy válidas: primero, una profecía lo había determinado así; segundo, esa profecía se había hecho efectiva en el contrato de compra-venta de primogenitura entre Esaú y Jacob. Este contrato era plenamente legal y estaba respaldado por las leyes de la época.
Isaac sabía todo esto, pero su parcialidad hacia Esaú lo indujo a romper con lo establecido legalmente. Su bendición patriarcal, aunque verbal, era todo un documento testamentario con validez legal sobre cualquier otra transacción realizada antes de su muerte. Por su parte, Esaú quería obtener nuevamente lo que tan frívolamente, había perdido. De esta forma, se establece un complot para quitar a Jacob lo que legalmente le pertenecía.
Siguiendo toda una actitud familiar sumamente carnal, Rebeca y Jacob, deciden contrarrestar la acción y sin esperar a que Dios interviniese, prepararon el engaño que tan buenos resultados, aparentemente, trajo. Efectivamente, Jacob recibió la bendición de su padre y con ese "documento testamentario" confirmó plenamente y para siempre su derecho a la primogenitura.
Pero hubo consecuencias muy desagradables: se rompieron los lazos entre Jacob y Esaú, quien amargado intentó matarlo. Jacob tuvo que huir a tierra extraña donde sufrió mucho, siendo engañado y explotado una y otra vez. Rebeca nunca más volvió a ver a su hijo predilecto y junto a su esposo sufrió la rebeldía amarga de su hijo Esaú que trajo a la familia a mujeres cananeas idólatras.
Llanes, Luis E. Ministerio Luz y Verdad. Puerto Madryn, Chubut, República Argentina. Editado por EDICI: Rancho Cucamonga, California, EE.UU.
La primogenitura, en la Biblia, a pesar que se le debe aplicar a los hijos mayores, por razon de su antiguedad, esta no se aplica en varios casos. El primero es el de Cain y Abel; el segundo, el de Esau y Jacob; el tercero, el de Efrain y Manases; el cuarto, el de Fares y Zara, aunque este caso es distinto;el quinto, y que tambien tiene una variante, es el caso de Isaac e Ismael.
ResponderEliminarProbablemente haya otros casos, pero el mas importante, y el que el hombre menos se ha dado cabal cuenta, es el de Adan y Jesus.( puede verificarlo en 1 corintios 15:45).
En todos estos casos, lo que quiere el espiritu de Dios indicarnos, es que lo que nace primero, es la carne, y despues, en segundo lugar, nace el espiritu o la mente de esa misma carne que nace primero.
Y dios le da la preferencia a lo nacido en segundo lugar porque es la mente,la que es la que conduce al resto del cuerpo, y no es el el cuerpo el que conduce a la mente, aunque en ciertas etapas de nuestras vidas, eso es precisamente lo que pasa: que nuestra mente es debil y el poder del deseo de la carne es mayor y esta carne o esta ley de la carne es la que gobierna a todo el cuerpo. Esto lo explica muy claramente el apostol Pablo en el libro de Romanos cap. 7.
Ahi se habla de 2 leyes, la ley "espiritual" y la ley carnal.
La ley espiritual, es la ley de la mente y al mismo tiempo, es la ley de Moises, y esta es dada para los judios, los cuales son la mente del cuerpo; mientras que la ley carnal es adjudicada a los antiguos pueblos canaanitas, los cuales representan a la carne.
Por eso, en la Biblia se habla de esa guerra entre israel y canaanitas, porque todos son un mismo cuerpo, pero divididos en 2: mente y carne.
Y la comprobacion de esto lo tenemos en Galatas 4:21 en donde se dice que los nacidos de la esclava egipcia, son nacidos de la carne y que son destinados a ser esclavos; mientras que los nacidos de mujer libre son destinados a ser libres.
Luego, en Galatas 4:29, se dice que al igual que antes "el que nacio segun la carne, persiguio al que nacio segun el espiritu". Y luego dice que esto ,asi sucede tambien ahora.
Y para reafirmar esto, en Galatas 5:1 se dice que "no somos hijos de la esclava, sino de la libre, y que ya no nos sometamos al yugo de la esclavitud.
Queriendo decir con esto que en la guerra que todos llevamos dentro, busquemos a Dios con nuestra mente para poder dominarnos a nosotros mismos de ese poder de la carne, que es lo que nos hace ser malos y viciosos.