Algunos dicen que es una actividad de la nueva era.
Antes de emitir una opinión sobre este sistema de negocio es necesario que entendamos que la forma de negocio del trueque no es una novedad de la era actual ni de ninguna otra era. Este es la forma de negocio más antigua que existe y que, pesar de la creación del dinero, cuyo amor es “la raiz de todos los males” y que sin embargo tenemos que utilizar, sin embargo todavía el trueque persiste en muchos lugares paralelamente con las compras a través del dinero. Aquí mismo en la Argentina, está la costumbre de negociar con los puesteros sus ovejas por azúcar, sal, y otros elementos de de primera necesidad trocando animales por productos. En la Biblia hay algunos ejemplos de negocio donde se truecan mercadería por mercadería paralelamente con el uso de la plata como metal representivo de un valor para negociar.
Antes de emitir una opinión sobre este sistema de negocio es necesario que entendamos que la forma de negocio del trueque no es una novedad de la era actual ni de ninguna otra era. Este es la forma de negocio más antigua que existe y que, pesar de la creación del dinero, cuyo amor es “la raiz de todos los males” y que sin embargo tenemos que utilizar, sin embargo todavía el trueque persiste en muchos lugares paralelamente con las compras a través del dinero. Aquí mismo en la Argentina, está la costumbre de negociar con los puesteros sus ovejas por azúcar, sal, y otros elementos de de primera necesidad trocando animales por productos. En la Biblia hay algunos ejemplos de negocio donde se truecan mercadería por mercadería paralelamente con el uso de la plata como metal representivo de un valor para negociar.
Si me preguntan: ¿es pecado el trueque actual? Diría que no encuentro en la Biblia asidero para catalogarlo de pecado. No hay prohibición alguna.
Algunos argumentan que el trueque le está robando el tiempo a algunos, y que están faltando a sus deberes en la Iglesia y su asistencia a ella. Pero me parece que el asunto no está en el trueque en sí, sino en el creyente que no organiza su vida para darle a Dios lo que es de Dios y a César lo que es de César.
Antes de haber trueque como lo conocemos ahora, siempre hubo y hay creyentes que, cuando quieren tomárselas, se las toman. Se quedan en sus casas sin causa alguna, no quieren compromiso con Iglesia y viven su vida como ellos quieren y no como Dios manda.
Hay que entender que, en estos momentos de crisis económica, hay muchas familias que están dependiendo del trueque, para su mantenimiento. Hacen del trueque un trabajo que por lo menos alivia el mal. Esto quiere decir que si yo le digo a un hermano o hermana que no tiene trabajo y está en el trueque que no participe, lo estoy condenando a morirse de hambre ya que como Iglesia no puedo darle un sostén para aliviar sus males.
Yo creo que no es bueno comenzar a inventar argumentos que no tienen base bíblica, haciendo sentir una sensación de culpabilidad a los hermanos que están participando de esta actividad, ya que caeríamos en una actitud farisaica y legalista de “colar el mosquito y tragar el camello”
Me parece que sería mejor enseñar y aconsejar a los hermanos que están en el trueque que no descuiden su vida espiritual. O sea, que hagan una cosa sin dejar la otra.
Llanes, Luis E. Ministerio Luz y Verdad. Puerto Madryn, Chubut, República Argentina. Editado por EDICI. Rancho Cucamonga, California, EE.UU.
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