Hablando estrictamente desde el punto de vista bíblico no hay un asidero sólido para prohibir o no prohibir el porte de armas por parte de los creyentes, sin embargo podemos basarnos en ciertos principios cristianos para determinar esta situación. De todas formas es bueno que pensemos en dos cosas al analizar esto y es lo siguiente:
1o. Si tomamos como base el hecho de la peligrosidad de las armas de fuego y la posibilidad de utilizarla en un caso de peligro, afectando a nuestro prójimo, tenemos que colocar en ese mismo orden las armas blancas, tales como cuchillos, hachuelas en el hogar, hachas y machetes en el campo, las cuales aunque les damos el uso apropiado, y aunque no son armas de fuego, estas armas también son peligrosas y muy especialmente, tenerlas a la mano cuando estamos en peligro de ser agredidos por alguien. Muchas personas han sido muertas por armas blancas.
2o. En el caso de armas propias de las fuerzas del orden, como la policía, gendarmería, etc. El apóstol Pablo, hace mención de ellas cuando habla de la necesidad de estar sujetos a las autoridades superiores, diciéndonos, que no en vano lleva la espada (que era el tipo de armas que se utilizaban en aquellos tiempos). Y añade que “es servidor de Dios y vengador para castigar lo malo” (Romanos 13:4).
Quiere decir que Dios ha delegado autoridad en el hombre para que sea guardador de la justicia y tendrá que dar cuenta a él de la buena o mala administración de esa justicia. El apóstol Pedro portaba una espada, con la cual cortó la oreja al siervo del Sumo Sacerdote (Juan 22:49), el resto de los discípulos portaban armas y no parece que Cristo les reprochara el hecho de que las portaran, sino el mal uso que querían darle a ellas. (Mat. 26:51; Marc. 14:47; Luc. 22:50; Juan 18:10)
3o. Independiente a estos datos y captando el espíritu del evangelio debemos buscar un equilibrio para no caer en excesos:
a) En el caso de personas que se convirtieron sirviendo a las fuerzas del orden público la Biblia le da margen para que la porte, pero no la mal utilice. No podemos pedirle a esa persona que renuncie a su trabajo ya que nosotros no podemos asegurarle un trabajo fijo para el mantenimiento de su familia. Creo que Dios puede guardarlo en este caso.
b) NO recomiendo a ningún hermano el alistamiento en las fuerzas de orden público. Recomiendo evitarlas para no tener que verse en la precisa de tenerla que utilizar en caso de necesidad.
c) En el caso de las personas que viven en parajes y lugares de montaña
si precisan tenerla para utilizarla en la caza y la faena de algún animal comestible para su sustento, es permisible.
d) Portar armas sin necesidad, la caza indiscriminada, para diversión o deporte, no es recomendable. Por lo menos, el cristiano debe abstenerse de ello.
¿Para qué exponerse al peligro que implica el tener un arma si no la necesitamos?
Esto es solo una opinión, cada cual debe actuar según le dicte su conciencia.
Llanes, Luis E. Ministerio Luz y Verdad. Puerto Madryn, Chubut, República Argentina. Editado por EDICI: Rancho Cucamonga, California, EE.UU.
bien
ResponderEliminares una buena respu
ResponderEliminaresta, si no hay necesidad de tenerlas no hay que comprarlas.