Pregunta: ¿Un cristiano fiel y verdadero, tiene que tener siempre prosperidad? ¿Un cristiano fiel y verdadero tiene, necesariamente que estar en prosperidad material?. ¿Es la enfermedad o la carencia de recursos de carácter materiales evidencia de falta de fe y de algún pecado cometido?
Para contestar a estas interrogantes, es necesario analizar, tanto la enseñanza de la Palabra de Dios, como la experiencia de muchos en su andar cristiano.
La Biblia nos muestra cuatro aspectos de la manifestación de la fe y fidelidad del creyente:
1º. La fe, en algunos, puede manifestarse dando como resultado el alcance de los logros, objetivos y aspiraciones de la persona que confía en Dios plenamente.
2º. La fe en otros puede manifestarse en su fidelidad a Dios, en medio de las situaciones más adversas de la vida en medio de la escasez, la persecución, la enfermedad, etc.
3º. En otros casos la decadencia espiritual como su ruina material puede ser producto de su infidelidad a Dios a causa de su pecado o mala administración de los bienes que Dios a puesto a su alcance.
4º. Como también nos enseña la Palabra que a veces la prosperidad material no es siempre símbolo de prosperidad espiritual, puesto que muchas veces vemos a los impíos extenderse como el laurel verde mientras que los justos padecen necesidades.
Analicemos los diferentes aspectos:
1º. La fe de algunos puede manifestarse alcanzando logros económicos.- Si leemos Hebreos cap. 11 vemos una serie de hombres y mujeres de Dios que lograron los objetivos, prosperaron y la bendición de Dios se manifestó dándoles de su gracia para llevar a efecto sus planes y propósitos: Abel ofreció a Dios lo mejor, Enoc no llegó a ver muerte, Noé fue fiel a Dios y su fidelidad logró la salvación de toda su casa, Abraham obedeció y Dios lo prosperó de tal forma que era el más rico en la tierra, Sara, siendo estéril, concibió para tener un hijo (el hijo de la promesa); por fe, los padres de Moisés protegieron a su hijo el cual llegó a ser prohijado por la hija de faraón. Grandes empresas fueron llevadas a cobo por hombres de fe, de tal forma que nos dice la Palabra que “conquistaron reinos, apagaron fuegos impetuosos, sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga a ejércitos enemigos, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga a ejércitos enemigos, y mucho más, cuya fe logró grandes cosas para Dios y para beneficio de ellos. Ellos, por su fidelidad y fe fueron prosperados en todo.
2º. La fe y la fidelidad en otros puede manifestarse de manera muy diferente a la anterior, pero la Biblia los enmarca también dentro de los héroes de la fe. En estos casos, lamentablemente la vida de estos creyentes, desde el punto de vista humano, no tenía nada que desear. Quizás, si algunos de nosotros los hubiéramos conocido, al contemplar la situación mísera de ellos, pronto estaríamos dispuestos a condenarlos, a juzgarlos, a reprocharles su condición, a hacerles sentir un complejo de culpabilidad por su miseria física, y hasta los hubiéramos enviados al infierno al juzgar su situación externa. Pero la Biblia no enseña esto: La fe en otros se manifiesta en una dirección diferente al de los anteriores y nos dice Hebreos 11:36 que otros (a diferencia de los anteriores) experimentaron vituperios y azotes y más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada, anduvieron errantes cubiertos de pieles, pobres, angustiados, maltratados, de los cuales este mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas, por las cavernas de la tierra y añade la Palabra “y estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.”
Para aquellos que sustentan la teoría de la prosperidad, este tipo de creyentes, los consideran creyentes se segunda clase, pecadores a los cuales Dios tiene castigados, pero, sin embargo Dios dice que: “alcanzaron buen testimonio por su fe, para que no fuesen perfeccionados aparte de nosotros” .
¿Qué es lo que determina la abundancia o escasez material de una persona? Estos factores, en ocasiones están determinados por la voluntad soberana de Dios quien leva a cabo un plan y propósito definido con cada uno de sus hijos. No somos nosotros los llamados a juzgar condiciones espirituales por apariencias externas, pues nos podemos ver juzgando al mismo Dios en su multiforme manera de actuar. El objetivo supremo de Dios es que seamos instrumentos efectivos y testimonios visibles producto de nuestra fe y confianza en él, aunque Él nos introduzca por senderos misteriosos que quizás ni aún nosotros entendamos. ¡Cuidado con juzgar!.
3º. El otro aspecto a considerar es muy bíblico también y es que en ocasiones, no siempre, los problemas físicos, la ruina material, la pérdida de los recursos, puede producirse porque ciertamente le hemos dado la espala a Dios. Conocemos casos de creyentes que, cuando se convirtieron a Dios, comenzó para ellos un proceso de bendiciones materiales, Dios los sacó de su ruina, pero cuando se vieron con todas sus necesidades satisfechas, comenzaron a descuidarse de su vida espiritual, dándole oportunidad “al devorador” para que consumiera las bendiciones materiales que Dios les dio, junto con las bendiciones espirituales.
Muchas veces nos preguntamos: ¿por qué Dios no prospera a fulano o a mengano siendo ellos creyentes tan fieles? ¿Por qué Dios los tiene siempre con lo imprescindible solamente? El asunto es, amado hermano, que Dios conoce el futuro y él ha permitido algunos casos para hacernos ver de la volubilidad de la naturaleza humana. Hay personas a quien Dios prospera y ellos siguen inalterable en su vida cristiana y compromiso con Dios. Hay quienes, mientras tienen un trabajo donde ganan poco son muy fieles con sus diezmos y ofrendas; no les es sacrificio caminar varias cuadras para asistir a la Iglesia, pero cuando Dios los prospera, les parece mucha plata el diezmo, reducen sus ofrendas y les parece muy lejos la Iglesia. Ahora se sienten cansados, mengua el espíritu de sacrificio y se olvidan de sus compromisos con el Señor.
Esto deja asentado un pensamiento: Dios sabe a quien le da. En medio de nuestra escasez y limitaciones, es mejor adoptar la actitud de Pablo cuando dijo: He aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación, se vivir humildemente y se tener abundancia, en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para tener necesidad”.
4º. Lo impíos muchas veces son prosperados, pero no tienen la bendición de Dios en sus vidas. Su prosperidad es pasajera. Ahora bien, el impío prospera, frecuentemente, materialmente, por su falta de temor de Dios. NO teme aprovecharse del trabajo de los infelices que le ruegan trabajo y cuando se lo dan no le pagan yo le pagan una miseria. Se hacen ricos a costa de la miseria de los miserables. Los impíos muchas veces prosperan porque entran en negocios sucios e ilegales que les reporta mucha plata, pero esto no le es dado hacer a los verdaderos hijos de Dios. El Salmo 36 los retrata de esta forma: “La iniquidad del impío dice al corazón, no hay temor de Dios en su corazón, se lisonjean, por tanto, de que su iniquidad no será hallada y aborrecida. Las palabras de su boca son iniquidad y fraude, ha dejado de ser cuerdo para hacer el bien. Medita maldad en su cama, está en camino no bueno, el mal no aborrece. David añade: “Vi yo al impío sumamente enaltecido y que se extendía como laurel verde” “Envuelto están en su grosura, con su boca hablan arrogantemente, han cercado ahora nuestros pasos, tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra, son como león que desea hacer presa.
Pero si preguntamos por qué prosperan pronto, también preguntamos, ¿Por qué se funden con tanta facilidad?. He aquí lo que la Biblia dice: Sat. 5
Y por último, hay quienes prosperan, ya sean cristianos o no, porque tienen un concepto bien claro de lo que es administración. Su sacrificio y constancia lo han llevado a lograr cosas. Se han fijado una meta bien definida y supeditan, a ese objetivo, bienestares presentes, saben abstenerse de cuestiones secundarias para darle prioridad a las cuestiones de primera necesidad y que tienen que ver directamente con su negocio. No se dan el lujo de dormir las mañanas y administran bien su dinero. Una persona así tiene derecho a prosperar y derecho a que no se le critique no envidie lo que ha logrado.. Quizás les haya costado o le esté costando tiempo y trabajo, pero llegan a la meta.
Llanes, Luis E. Ministerio Luz y Verdad. Puerto Madryn, Chubut, República Argentina. Editado por EDICI: Rancho Cucamonga, California, EE.UU.
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